A los directivos se les supone el compromiso, pero cada vez se espera un mayor compromiso del resto de trabajadores. Mientras haya una notoria distancia entre el “nosotros” y el “ellos” en las empresas, no puede esperarse que los compromisos respectivos sean comparables. Las empresas más inteligentes han optado por reducir la distancia a que nos referíamos, e intentar compartir la imagen del futuro deseado, para que constituya una meta colectiva. Un buen directivo sabe cómo ganar la adhesión y el compromiso de sus colaboradores, cómo conseguir su mejor rendimiento y cómo crear un clima de satisfacción profesional.
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